“De lo que más sé en mi vida, es de hombres. Con solo observarlos y oír decir dos palabras entiendo su naturaleza y sé como entrarles.
Ok Juliette, empezó la conga.
A veces el hombre es como la conga, repite una y otra vez. Un paso adelante, un paso atrás, mucha conga pero no se va a ningún lado.
Las relaciones son como la conga sin fin…para un lado, para el otro, y siempre se vuelve al mismo punto.
Los hombres son previsibles y repetitivos, como la conga; y el amor es endeble, un poco de conga y todo se desarma.
Pero la naturaleza humana, como la conga, puede encontrar variantes dentro de un mismo ritmo, y ahí, deja de ser previsible y aburrida.”
A veces el hombre es como la conga, repite una y otra vez. Un paso adelante, un paso atrás, mucha conga pero no se va a ningún lado.
Las relaciones son como la conga sin fin…para un lado, para el otro, y siempre se vuelve al mismo punto.
Los hombres son previsibles y repetitivos, como la conga; y el amor es endeble, un poco de conga y todo se desarma.
Pero la naturaleza humana, como la conga, puede encontrar variantes dentro de un mismo ritmo, y ahí, deja de ser previsible y aburrida.”
Me encanta tu blog! Y la verdad que si.. que predecibles son los hombres. Es como si existiera un patrón a seguir jaja.
ResponderEliminarxoxo
El ritmo del hombre debe ser fuerte como una roca, repetitivo con pequeñas variaciones, para que la hermosura armónica de la mujer pueda estampar en él sus melodías. Un gran beso.
ResponderEliminarMe gusta toda la entranda en sí , tiene toda la razón. Te sigo (:
ResponderEliminarQue buena comparación! todas nesecitamos un hombre impredecible y no aburrido. En algún lado andarán jaja, es cuestión de seguir intentando (?
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